Desde su trinchera creativa en la Ciudad de México, Ricardo y Gabriela comparten una sensibilidad para observar y reinterpretar el mundo. Él, fundador de Headquarter, una tienda que es punto de encuentro entre diseño, arte y cultura. Ella, diseñadora gráfica en Sodio, donde la exploración visual es tan rigurosa como emocional.
Gabriela encuentra en la visión una herramienta para descomponer las cosas y entender su complejidad. Dice que mirar –realmente mirar– implica tiempo, atención y apertura. Le interesan las atmósferas, las emociones, los detalles que muchas veces pasan desapercibidos. Para ella, los lentes son una extensión del cuerpo, una segunda piel que la acompaña en su día a día.
Ricardo, en cambio, piensa en la visión como una forma de leer lo que sucede a su alrededor. Le interesa lo que hay detrás de los objetos, la carga histórica y emocional que arrastran. A través de su trabajo en Headquarter, ha desarrollado una mirada que combina intuición y archivo; explora ideas que sobreviven al tiempo y que se vuelven relevantes una y otra vez.
Cada uno, por su parte, comparte una manera distinta de entender y ver el mundo, de crear y compartir. Pero juntos tienen una visión en la que los objetos cuentan historias, la estética es política, y la belleza está en los detalles.
